Me interesa la relación que se puede establecer entre el aspecto de las cosas y su historia, 0 mas precisamente como estas cosas, una vez fotografiadas, adquieren una capacidad extraordinaria para evocar lo que les ha sucedido. La historia política de Argentina es como una tormenta que viene arrasando su territorio y a quienes lo habitan. Bruma se propone como un catálogo de evidencias que intentan demostrar que esto viene sucediendo en ciclos que se repiten y que no dan tregua. La serie fue realizada entre 2007 y 2017 y sus imágenes hacen referencia episodios específicos que dan cuenta de lo que hemos padecido, de lo que padecemos. Las sucesivas crisis económicas, los golpes de estado, la corrupción y la violencia infligida desde el Estado. A donde queramos mirar, allí hay vestigios que nos advierten de lo que ha sucedido. Como residuos de la historia, como fósiles de la violencia. Al fotografiar estos lugares, intenté devolverles su potencial narrativo y reconectarlos con su experiencia. Esto es en definitiva lo que la fotografía, en tanto lenguaje, nos ofrece: la posibilidad de registrar esa temporalidad disyuntiva y confluente, donde quedan trazos grabados de forma indeleble. La serie está compuesta por poco mas de cuarenta fotografías y está ordenada en tres capítulos: Edificios, monumentos, paisajes.
¿Que nos dicen estas construcciones de las ideas con las que fueron concebidas, y lo que significan ahora luego de la historia transcurrida? ¿Es posible acaso registrar los cambios en el estado del Estado y sus modos visibles en el tiempo? Veo estas fachadas como si fueran rostros y las he fotografiado como si les realizara retratos, de manera frontal y con mi cámara de formato grande. Las marcas en sus materiales guardan una relación similar con la historia equivalente a las arrugas en un rostro. Estas construcciones representan la extraña relación entre el Estado y aquellos que vivimos envueltos en sus políticas y somos objeto de su existencia. Ese Estado que como una maquinaria fantasmal expresa su poder en una paradoja espacial: nos encierra afuera. Nos deja a sus puertas librados a nuestra suerte.